Rosácea y Microbiota

La rosácea no es solo “piel sensible”: suele ser el reflejo de lo que pasa en tu intestino, tu sistema inmune y tu inflamación interna. Te cuento la conexión intestino-piel desde la ciencia y el Ayurveda, y por qué calmar la piel empieza adentro, no solo con cremas.

Rosácea y Microbiota

Rosácea: un abordaje integrativo

Quiero contarte algo que vengo profundizando en mis últimas actualizaciones de microbiota y salud intestinal ✨. Algo que a muchas personas con rosácea les cambia la cabeza cuando lo entienden: la rosácea casi nunca es “solo piel”. No es simplemente “tengo la piel sensible” o “me broté porque comí picante”. En la mayoría de los casos, la rosácea es un reflejo de lo que está pasando adentro: en tu intestino, en tu sistema inmune y en tu capacidad (o no) de regular la inflamación de bajo grado.

Y acá es donde se encuentran dos mundos que, para mí, no van separados: la evidencia científica más nueva y la visión ayurvédica más antigua, la que yo experimenté en India trabajando con plantas, aceites y terapias depurativas y puedo dar fe de su acertividad y validez 🌿. Ambas miradas cuentan la misma historia con distinto idioma.

Entendiendo la rosácea

La rosácea es una inflamación crónica de la piel. Se ve como enrojecimiento persistente, calor o ardor tipo burning, vasos marcados, sensibilidad aumentada, pápulas, a veces hinchazón alrededor de mejillas, nariz y mentón. Y no es solo estética. A muchas de ustedes, sé que les quita seguridad, les da vergüenza salir sin maquillarse, sienten que “la cara está en llamas” y que nadie les da una respuesta integral.

Durante mucho tiempo el enfoque tradicional fue básicamente crema + antibiótico y chau. Pero eso, lo vemos todos los días, se queda corto.

Hoy sabemos que en muchas personas con rosácea también aparecen cosas como disbiosis intestinal (la microbiota desequilibrada), aumento de la permeabilidad intestinal (el famoso intestino permeable), inflamación sistémica de bajo grado, e incluso más prevalencia de SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en intestino delgado) o de infecciones por Helicobacter pylori. Dicho simple: lo que está pasando en tu intestino termina manifestándose en tu cara 🤍.

Algo que he escuchado muchísicmo por parte de mis alumnas del programa Piel en Balance es: “Cada vez que estoy hinchada, con gases, con reflujo, con diarrea-estreñimiento intermitente… al rato se me pone la cara roja.” Eso no es casualidad. Es información... y ¿Por qué pasa esto?

El eje intestino-piel: la conexión interna 🌿

Cuando el intestino está en disbiosis, esa microbiota alterada empieza a comprometer la barrera intestinal. Eso abre la puerta a que endotoxinas y metabolitos inflamatorios (por ejemplo LPS) pasen al torrente sanguíneo y activen al sistema inmune. Ese tipo de activación no siempre se siente como “me enfermé”, sino como una microinflamación constante y silenciosa que va dejando al cuerpo en modo alerta.

Esa inflamación de bajo grado puede aparecer en la piel como rosácea: enrojecimiento que sube fácil, flushing, sensación de calor localizada, brotes en zonas puntuales que parecen no tener motivo. Algunas bacterias intestinales incluso producen metabolitos neuroactivos e inmunomoduladores que modifican cómo responde tu piel a los estímulos, regulan la vasodilatación y participan en receptores de la piel que están muy descritos en rosácea. Traducido: tu intestino y tu piel están en una videollamada permanente.

Cuando empecé a estudiar más profundo microbiota y piel, por mi experiencia personal (en embarazo se me desperto una condición auto inflamatoria : Hidradenitis suppurativa) y lo comparé con lo que vengo viendo hace años en mis alumnas, la conclusión es bastante clara: no existe “piel sana” aislada de “intestino regulado”. Suena obvio cuando lo lees, pero vivirlo en el cuerpo es otra cosa.

La mirada ancestral del Ayurveda ✨

Acá es donde Ayurveda, que es una medicina completa (no es “me hago una mascarilla casera y listo”), nos da una lectura que me sigue pareciendo preciosa incluso después de haberla visto aplicada en India.

Ayurveda no mira la rosácea como “tu piel está mal”, sino como un signo de desequilibrio interno. Habla de Pitta agravado, que es exceso de calor e irritación en los tejidos; habla de Ama, que es la acumulación de toxinas o residuos metabólicos mal gestionados que circulan y se depositan donde no deberían; y habla de Agni alterado, que es tu fuego digestivo funcionando a los saltos, demasiado encendido o directamente agotado.

Si te lo paso a lenguaje moderno: Pitta elevado se parece muchísimo a una sobrecarga inflamatoria y vasodilatación constante. Ama se parece a esos subproductos de una digestión incompleta que aumentan la carga tóxica e inmune y terminan irritando tejidos. Agni desregulado es lo que vos describís como “me hincho con todo”, “tengo acidez a la noche”, “me levanto pesada”, “hay días que no voy al baño y al siguiente voy tres veces”.

En Ayurveda se entiende que cuando Pitta está fuera de control y Ama se va depositando en los tejidos más superficiales, lo que se ve en el espejo son esas mejillas rojas, calientes, ultrasensibles, que reaccionan a cualquier cambio de temperatura, estrés, vergüenza, enojo o comida gatillo.

Cuando estuve en India y vi el trabajo de terapias depurativas tradicionales (especialmente panchakarma y remedios naturales para diferentes afecciones, entre ellas la piel), lo que me impresionó fue esto: nunca se abordaba la piel sola. Siempre se trabajaba digestión, hígado, fuego interno, regulación emocional. Siempre. Y después sí, se apoyaba la piel desde afuera, pero nunca al revés 🌸.

Si te fijás, esto es exactamente lo que la ciencia moderna está diciendo con otras palabras. La ciencia describe disbiosis intestinal, intestino permeable e inflamación sistémica de bajo grado. Ayurveda describe Pitta desbordado, Agni desregulado y Ama circulando. Son dos mapas distintos señalando el mismo incendio interno.

Por qué las cremas no alcanzan

Si yo solo intento bajar el color rojo con una crema, pero adentro sigo con disbiosis, permeabilidad intestinal aumentada, nervios en llamas y alimentación que alimenta ese fuego… ese calor va a salir igual. Cambia de forma, cambia de zona, cambia de intensidad, pero sale.

Por eso muchas personas hacen skincare perfecto, gastan fortunas, hacen todo “como dice TikTok”, y aun así sienten que la rosácea vuelve apenas hay estrés, falta de sueño, enojo, ciertos alimentos o un fin de semana de desorden digestivo.

Esto no quiere decir “tiramos todas las cremas”.No. El soporte tópico importa, calma, protege barrera, baja irritación inmediata. Lo que quiero decirte es que, si solo te quedás ahí, es un parche. No una solución estable.

Qué empieza a cambiar cuando tratamos desde adentro

Cuando bajamos la disbiosis y dejamos de irritar tanto el intestino, la barrera intestinal se empieza a reparar y deja de filtrar todo al torrente sanguíneo. Baja la circulación de endotoxinas, baja la activación inmune permanente y tu piel deja de tener que defenderse todo el tiempo con enrojecimiento y vasodilatación.

Traducido al espejo: menos flushing, menos sensación de cara caliente, menos ardor en las zonas típicas, menos brotes inflamatorios tipo pápula/pústula, y más tolerancia al mundo real (frío, calor, estrés eventual, comida fuera un día puntual sin que sea un drama de tres días).

Desde la mirada ayurvédica, lo que está pasando adentro es que Pitta vuelve a estar contenido, es decir: el calor vuelve a estar en tu digestión, haciendo su trabajo de transformar, no invadiendo la cara. Agni se estabiliza, y cuando Agni está estable vos lo sentís como: “ya no me hincho con todo”, “tengo menos acidez”, “voy al baño mejor”. Y Ama empieza a drenar, que en lenguaje simple sería: hay menos “basura circulando” irritando tus tejidos superficiales.

Te juro que esta parte la veo todos los meses. Alumnas que llegan muy frustradas por vergüenza de su piel, y que cuatro semanas después me dicen “por primera vez siento que entiendo lo que me está pasando”. Eso para mí vale más que cualquier claim de marketing, porque es calidad de vida, autoestima, calma nerviosa. Es volver al propio cuerpo sin odiarlo 🤍.

Piel en Balance: tu próximo paso 🫶🏽

Si tu piel está en alerta todo el día y sentís que vivís apagando incendios, quiero invitarte a trabajar conmigo en Piel en Balance 🌿. Es un bundle de tres módulos de 21 días cada uno: Detox, Reset y Nutrición para tu Piel.

En el primer módulo, Detox, te acompaño a desinflamar y depurar para bajar brotes y calmar la rosácea desde adentro. Es donde empezamos a contener ese fuego que se te sube a la cara, a modular Pitta y a bajar la carga inflamatoria digestiva. Después vienen Reset y Nutrición, donde sostenemos, reconstruimos barrera y nutrimos de una forma que tu piel realmente tolere a largo plazo, sin castigar tu energía ni tu vida social.

No es “qué crema tengo que comprar”, es aprender a regular tu sistema para que tu cara deje de ser el lugar donde se expresa todo el caos interno. Si tu piel te está pidiendo calma, este es el momento de empezar. ✨

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